La sanidad en España es un sistema mixto en el que conviven la sanidad pública, gestionada por el Sistema Nacional de Salud (SNS), y la sanidad privada, compuesta por hospitales y clínicas de titularidad no pública.
“En los últimos años, la participación del sector privado en la actividad quirúrgica del SNS ha aumentado considerablemente, generando un debate necesario sobre sus implicaciones en términos de eficiencia, accesibilidad y equidad en la atención sanitaria.“
El contexto de la sanidad mixta en España
El SNS se encarga de la provisión de la mayor parte de la asistencia sanitaria en España, financiado a través de impuestos y ofreciendo cobertura universal a la población.
Sin embargo, la sanidad privada tiene un papel determinante, no solo como alternativa para quienes buscan atención más rápida o especializada, sino también como complemento del sistema público mediante conciertos y externalización de servicios.
“España cuenta con 751 hospitales, de los cuales 449 (aproximadamente el 60%) pertenecen al SNS. Estas instituciones ofrecen un total de 155.077 camas, distribuidas en un 82,5% (126.004) para la red pública y un 17,5% (29.073) para el sector privado.“
La proporción de camas por cada 1.000 habitantes ha disminuido ligeramente, pasando de 3,30 en 2013 a 3,24 en 2022. Este descenso se debe, en parte, a la creciente ambulatorización de procesos, que ha aumentado del 41,72% al 48,30% en el mismo periodo.
Los conciertos sanitarios entre el SNS y el sector privado permiten derivar pacientes a centros privados con el objetivo de reducir listas de espera y optimizar recursos.
En el ámbito quirúrgico, estos acuerdos se han intensificado en comunidades autónomas con mayor presión asistencial, especialmente en procedimientos de alta demanda como traumatología, oftalmología y cirugía general.
Actividad quirúrgica y colaboración público-privada
En 2022, se registraron 5,2 millones de ingresos hospitalarios en España.
El SNS atendió a 4,1 millones de estos ingresos, con una estancia media de 7,8 días, y realizó 3,5 millones de intervenciones quirúrgicas, de las cuales el 49% fueron mediante cirugía sin ingreso.
“Los hospitales privados llevaron a cabo 1,7 millones de cirugías, con un 38% de ellas de carácter ambulatorio. Es relevante destacar que el 25% de estas intervenciones en el sector privado fueron financiadas por el sistema público, aunque este porcentaje ha disminuido en tres puntos desde 2013.“
El aumento de la derivación de cirugías a la sanidad privada viene impulsado por varios factores, entre ellos:
- Listas de espera prolongadas en la sanidad pública
La alta demanda de procedimientos quirúrgicos ha generado tiempos de espera que en algunos casos superan los seis meses. - Falta de recursos en hospitales públicos, como déficit de quirófanos, personal sanitario y material médico.
- Estrategias de gestión sanitaria
Algunas comunidades autónomas han adoptado políticas activas de colaboración con el sector privado para aliviar la carga
Recursos humanos en el SNS y la sanidad privada
La dotación de personal es un factor crucial en la prestación de servicios sanitarios de calidad.
En los hospitales del SNS y sus centros asociados trabajan 585.253 profesionales, de los cuales el 98,2% son personal de plantilla.
En contraste, los hospitales privados cuentan con 74.597 profesionales propios y 34.379 que prestan servicios mediante una vinculación no salarial.
“La ratio de médicos por cada 100 camas es de 81,3 en el SNS y de 33,3 en el sector privado, evidenciando una mayor densidad de profesionales en el ámbito público.“
Financiación y gasto hospitalario
El gasto total hospitalario en 2022 alcanzó los 60.500 millones de euros, con 53.600 millones correspondientes a hospitales públicos y 6.900 millones a privados.
En los hospitales públicos, la mayor partida se destina a gastos de personal (47,3%), seguida de compras y gastos corrientes (36%), de los cuales casi la mitad corresponde a productos farmacéuticos.
En el sector privado, el principal gasto se concentra en compras (43%), con un 17% destinado a productos farmacéuticos.
Ventajas y desventajas de la participación privada en la actividad quirúrgica del SNS
Ventajas
- Reducción de listas de espera
La derivación de pacientes a hospitales privados permite realizar más intervenciones en menos tiempo, disminuyendo los tiempos de espera para los pacientes. - Optimización de recursos
Al aprovechar la infraestructura y el personal de la sanidad privada, el sistema público puede concentrarse en casos más complejos y en la atención de urgencias. - Flexibilidad y eficiencia
Los centros privados, en muchos casos, tienen mayor capacidad para gestionar quirófanos y horarios de operación sin las limitaciones burocráticas del SNS.
Desventajas
- Impacto en la equidad del sistema
La dependencia de la sanidad privada genera desigualdades, ya que quienes pueden permitirse seguros privados o atención privada directa pueden acceder a cirugía más rápidamente que quienes dependen exclusivamente del SNS. - Costes adicionales para el sistema público
Aunque los conciertos sanitarios pueden reducir listas de espera, también implican un gasto adicional para el SNS, dado que las intervenciones en centros privados suelen tener un coste superior al de los hospitales públicos. - Riesgo de desinversión en el sector público
Si la sanidad pública recurre excesivamente al sector privado, podría reducirse la inversión en hospitales públicos y afectar la calidad del servicio.
Una colaboración necesaria
La interacción entre el SNS y la sanidad privada en España es clave para garantizar una atención sanitaria eficiente y accesible. .
La colaboración en la actividad quirúrgica ha permitido abordar desafíos como las listas de espera y la optimización de recursos.
Sin embargo, hay que mantener un equilibrio que asegure la equidad en el acceso y la sostenibilidad del sistema sanitario en su conjunto.