En el ámbito hospitalario, especialmente en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), el ruido no solo es una molestia, sino un factor crítico que afecta la salud y el bienestar de los pacientes. La gravedad de las condiciones de los pacientes ingresados en estas áreas requiere medidas más rigurosas para controlar este elemento, cuyo impacto suele subestimarse. El ruido puede agravar significativamente el estado de los pacientes críticos, subrayando la urgencia de abordar este problema de manera eficaz para garantizar un cuidado óptimo en situaciones delicadas.
El ruido en entornos hospitalarios puede tener consecuencias adversas tanto a nivel físico como psicológico en la salud de los individuos. Desde trastornos del sueño y desmotivación hasta una disminución del rendimiento y dificultades en la comunicación, sus efectos son variados y perjudiciales. Además, el ruido puede desencadenar respuestas fisiológicas de estrés, como el aumento de la presión arterial y la frecuencia cardíaca, así como cambios en los niveles de hormonas como la noradrenalina, la adrenalina y el cortisol, lo que afecta negativamente la salud general de los pacientes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca los efectos adversos del ruido en la audición y el sueño, estableciendo que no debe superar los 30 decibelios (dB) para garantizar un descanso nocturno adecuado y evitar interferencias en las funciones fisiológicas y la salud mental. En el caso de hospitales, especialmente en áreas críticas como las UCI, se recomienda mantener el rango de decibelios entre 30 y 40 dB para proteger la salud de los pacientes.
Para abordar este desafío, la implementación de herramientas que midan, monitoreen y gestionen el ruido ambiental en las UCI es crucial. Además, estrategias basadas en el ritmo circadiano, como la regulación de la iluminación y el establecimiento de rutinas diarias claras mediante relojes y calendarios, pueden mejorar la experiencia de los pacientes en la UCI. Ajustes en las visitas de los familiares, especialmente durante estancias prolongadas o momentos críticos, también pueden proporcionar un apoyo emocional adicional que contribuya al bienestar de los pacientes.
Proyectos relacionados
Un ejemplo destacado de innovación en este sentido es el proyecto Smart UCI del Hospital Vall de Hebron, que ha transformado el cuidado intensivo mediante tecnologías avanzadas y una gestión inteligente de los datos. Esta iniciativa, pionera en España, permite una monitorización continua y en tiempo real de los pacientes, mejorando la calidad de la atención y facilitando la investigación médica.
Otro proyecto innovador que busca humanizar las UCI es la iniciativa “Un Deseo Concedido” del Hospital Quirónsalud Córdoba, que brinda a los pacientes la oportunidad de recibir un regalo personalizado durante su estancia en la unidad, proporcionando un estímulo adicional en su proceso de recuperación y conexión con el mundo exterior.
Calidad del Aire y Temperatura: Elementos Clave en el Entorno Hospitalario
La gestión del aire en estas áreas hospitalarias es altamente especializada en comparación con otros sectores del hospital. Además de cumplir con los estándares generales de recuperación de energía para evitar su desperdicio, se requiere un nivel de filtración excepcionalmente alto dentro de los cubículos, alcanzando la Clase I. Esto implica la utilización de hasta tres niveles de filtración consecutivos, siendo el último un filtro HEPA (High Efficiency Particulate Air). El flujo de aire renovado debe alcanzar los 30 metros cúbicos por hora por metro cuadrado, garantizando que el aire de la habitación se renueve unas 10 veces cada hora.
En cuanto a la temperatura, se mantiene dentro de un rango estrecho, generalmente entre 22º y 24º Celsius, con una humedad relativa controlada entre el 44% y el 55%. Para lograr este nivel de control, se requiere una climatización precisa que se ajuste tanto a las condiciones exteriores como a las necesidades energéticas del sistema. Este control se realiza mediante unidades de climatización ubicadas en la cubierta del edificio.
Estas unidades, de gran tamaño, pero relativamente livianas, marcan un paso significativo en la mejora de la atención en las unidades de cuidados intensivos. Equipadas con sistemas de humidificación internos que mantienen la humedad del aire en niveles óptimos y constantes, representan una innovación que impacta directamente en el bienestar físico, emocional y psicológico de los pacientes durante momentos difíciles de su vida.
Por otro lado, el Hospital de Bellvitge ha implementado una transformación significativa en su UCI, utilizando tecnología multisensorial para mejorar tanto el bienestar físico como emocional de los pacientes críticos. Mediante la incorporación de elementos como luces, proyecciones, sonidos y vibraciones, este centro médico ha rediseñado los 64 cubículos de su UCI. El objetivo principal es promover tanto la rehabilitación funcional como cognitiva de los pacientes críticos, ofreciéndoles experiencias inmersivas adaptadas a sus necesidades individuales, como recrear entornos naturales, ambientes nocturnos tranquilos o mostrar fotografías personales para generar un entorno más confortable y acogedor.
Humanización en las UCI
Un reciente proyecto en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) reconoce la importancia de abordar las necesidades emocionales y psicológicas de los pacientes críticos. Aunque este entorno médico está diseñado para manejar situaciones complejas, es crucial recordar que cada paciente es una persona con emociones únicas.
“El estado de vulnerabilidad en el que se encuentran puede provocar alteraciones emocionales significativas. Por lo tanto, es esencial que el equipo de profesionales de la UCI no solo se enfoque en los aspectos físicos de la atención, sino que también considere el bienestar emocional y psicológico de los pacientes.“
Como destaca el Dr. Melcior Martínez, responsable de la UCI del Hospital Quirónsalud Badalona, esta atención integral es fundamental para proporcionar un cuidado de calidad y promover la recuperación satisfactoria de los pacientes.
Estas iniciativas, junto con otras medidas destinadas a humanizar la experiencia en las UCI, son fundamentales para promover una recuperación más rápida y satisfactoria. Al poner énfasis en las necesidades individuales de cada paciente y al proporcionar un entorno hospitalario más tranquilo y acogedor.
Es por ello que en Tedisel Medical nos comprometemos a ofrecer las mejores soluciones para UCI, como nuestros sistemas suspendidos que han sido implementados con éxito en numerosas unidades, buscando la optimización y la ergonomía que tanto se necesitan en estos espacios cruciales para la salud.
Hospital Universitario de Pilsen